Muchos padres dan por sentado que cuando logran criar a sus hijos, superando los pañales, acabando sus estudios, y dejando su casa, ya no tienen que preocuparse por ellos.

 

Pero, ay, ¡el estrés de ser padre o madre de un hijo adulto! Nuestro mundo está lleno de problemas y escollos, y nuestros hijos corren riesgo cualquiera que sea su edad; pero cada necesidad se puede enfrentar con oración.

​

Nuestros hijos no se pueden escaparse de nuestra intercesión, aunque las respuestas pueden venir más lento de lo que quisiéramos.

 

La mejor estrategia es buscar pasajes bíblicos que podamos convertir en oración. Por ejemplo, la bendición con que concluye Hebreos 13:21 pide que el Señor: “os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo.”

​

Cuando se preocupe por un hijo o hija, cualquiera que sea su edad, hay paz y poder al buscar un lugar quieto y elevar esa misma oración, efectivamente y fervorosamente, por su ser querido.

 

Incluso usted pudiera llevar en una pequeña libreta notas de oraciones bíblicas para llevarlas persistentemente ante el trono del Señor.

​

Criar hijos incluye una dedicación vitalicia a la oración; pero allí reside el poder que puede mucho.

​

​

​

​

​

​